Cuando se piensa la temática o el proyecto elegido para la Campaña HORA DE OBRAR siempre el deseo es que las reflexiones y las acciones continúen más allá del año específico de la Campaña.
El pasado fin de semana, en el marco de la Conferencia Distrital del Metropolitano, el tema trabajado fue "Una ancianidad digna", tema central de la Campaña en el año 2013.
Compartimos el relato de Ingrid Mai, quien junto a otras personas fueron las responsables de la temática de la Conferencia.
"UNA ANCIANIDAD DIGNA"
La temática de la Conferencia en el
Distrito Metropolitano este año, fue tomada de la última Campaña Hora de Obrar 2013, y en cierto sentido tiene
un acercamiento a la temática del Sínodo.
El devocional fue el motivador del
tema donde se reflexionó sobre los siguientes textos bíblicos: Salmo 37, 23-27,
Isaías 46,4, Isaías 41, 6-7 y 1 Timoteo 5, 1-2. Se hizo hincapié en el
sostenimiento de Dios, especialmente en esa etapa y el respeto que se debe a los mayores.
El versículo de Juan 21, 18:” Te
aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero
cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde
no quieras» fue la introducción al tema.
Reflexionamos sobre la decisión que
uno debería tomar cuando tiene todavía todas sus facultades intactas y uno
puede disponer sobre sí mismo, que se
debe hacer cuando uno llega a viejo.
Hubo un rico debate sobre la incapacidad de la
vejez y la carga que puede ser para los
familiares el constante cuidado de una persona postrada o con otra dolencia.
Se reflexionó sobre el rol de la Iglesia,
y cómo ésta puede acompañar a las personas,
especialmente a los que cuidan de
personas mayores y a quienes trabajan en los geriátricos. La contención de
estas personas es muy importante y es el punto débil de todas las instituciones
que trabajan con personas mayores.
Hubo mucho intercambio de opiniones,
tuvimos la sensación de que el tiempo fue demasiado corto.
Termino con las palabras de 1 Timoteo
5 1-2” No reprendas a un anciano, sino exhórtalo como a un padre. Trata a los
jóvenes como a hermanos, a las ancianas como a madres, y a las jóvenes como a
hermanas, con toda pureza.”
Ingrid Mai